viernes, 19 de octubre de 2012
Tipos de heladeras
Tipos de heladeras
Convencionales. Tienen un solo motor para congelador y refrigerador. Pueden ser de una puerta, con un congelador de pequeño tamaño en su interior; o de dos puertas, en cuyo caso el congelador dispone de puerta independiente y puede estar tanto en la parte superior como en la inferior.
Combi. Tienen un amplio congelador en la parte inferior, y el frigorífico en la superior. Pero la diferencia fundamental con los convencionales es que cuentan con dos motores independientes, uno para el frigorífico y otro para el congelador.
Sus ventajas son: el alto rendimiento, la posibilidad de frío dinámico y la regulación independiente de temperaturas entre compartimentos.
Americana. La puerta del frigorífico y la del congelador están situadas de forma paralela; su tamaño y capacidad es al lado. Suele contar con un mecanismo distribuidor de hielo y cubitos.
Heladeras actuales
Heladeras actuales
Las heladeras modernas tienen un motorcito eléctrico que mueve las paletas. El frío se
consigue poniéndolo en el refrigerador, en el compartimento del hielo, pero no funciona
demasiado bien en el congelador cuando tiene más una estrella. Caundo la mezcla
adquiere suficiente consistencia, las paletas se levantan y siguen girando sin resistencia hasta que se saca
consigue poniéndolo en el refrigerador, en el compartimento del hielo, pero no funciona
demasiado bien en el congelador cuando tiene más una estrella. Caundo la mezcla
adquiere suficiente consistencia, las paletas se levantan y siguen girando sin resistencia hasta que se saca
Partes de la heladera
Partes de la heladera
Las principales partes de una heladera, donde ocurren estos procesos, son las siguientes. Motor: toma energía de la instalación eléctrica e impulsa el compresor. Compresor: es impulsado por el motor y comprime el gas de la tubería, calentándolo. Condensador: parte de la tubería donde se enfría el gas recién comprimido, que entonces se condensa. Está en el exterior de la heladera y libera calor al ambiente. Capilar: tubo que deja pasar poco a poco el gas licuado. Se lo llama así porque es muy delgado; un tubo grueso dejaría pasar el gas sin resistencia e impediría la compresión. Evaporador: tubo sinuoso que está en contacto con lo que llamamos el congelador de la heladera. En este tubo se evapora el gas previamente licuado y así se enfría el interior de la heladera. El evaporador y el congelador se ubican arriba para que el aire frío, más denso, baje por su propio peso y reemplace el aire más caliente; que sube. Si el congelador estuviera abajo, el frío llegaría arriba con mayor dificultad. Termostato (vulgarmente, "el automático"): mecanismo automático que interrumpe la corriente eléctrica cuando la temperatura es suficientemente baja, y pone a andar nuevamente el motor cuando sube la temperatura. Unidad sellada (conocida como la "bocha"): recipiente hermético donde están ubicados el motor y el compresor. Esta disposición, incorporada hacia 1950, reduce el riesgo de las fugas de gas.
Heladeras antiguas
Muchos años antes de que los sistemas de refrigeración mecánica se introdujeran, la gente enfriaba los alimentos con hielo y nieve, ya sea que se encontrara en su zona o que fuera traída de las montañas. Las primeras bodegas eran agujeros cavados en la tierra y forradas con madera o paja, se llenaban con nieve o hielo, por un largo período de la historia este fue el único método de refrigeración que existió. La refrigeración es un proceso físico que consiste en la eliminación del calor de un espacio cerrado o de una sustancia, esta eliminación de calor es para bajar la temperatura.
Las primeras heladeras, las heladeras antiguas, eran unos aparatos con forma de alacena de madera, que estaba aislado, en el que había una casilla en la parte de arriba, donde se colocaba nieve, por eso unos de los primeros nombres que se le dio a las heladeras antiguas fue nevera. La parte de abajo se utilizaba para acopiar todo aquellos alimentos y comidas que necesitaban del frío para preservarse. La nieve se obtenía en las cumbres de las altas montañas cercanas, de donde hubiera nieves eternas en verano, o antes de los deshielos de primavera, entonces se bajaba a las poblaciones. Esto se hacía en unos carros que iban recubiertos de heno, el traslado se realizaba en horas de la noche y luego se almacenaba en unos pozos situados en las afueras de los poblados.
Con el paso del tiempo, comenzó a fabricarse hielo industrial, y fue este hielo el que se utilizó para las heladeras antiguas, en lugar de la nieve. El armario de las heladeras antiguas seguía teniendo la misma forma, pero se comenzó a usar material metálico para fabricarlo y sistemas rudimentarios de aislamiento que conseguían aislarlo térmicamente. En la parte de arriba iba un recolector de agua que se convertía en un caño en espiral, localizado encima de la patena donde se ponía el hielo y que acababa en una llave que se usaba para llenar un contenedor de agua fría. Los primeros sistemas de refrigeración artificial que se conocieron, fueron aquellos que desarrolló William Cullen en la Universidad de Glasgow en el año 1748, sin embargo no hizo uso de su descubrimiento para ningún propósito práctico.
En el año 1805, el inventor estadounidense, Oliver Evans diseñó la primera máquina de refrigeración, lo que llamamos heladeras antiguas, pero fue necesario que pasara mucho tiempo, hasta el año 1834 cuando Jacob Perkins, logró elaborar por vez primera hielo artificial, lo que marcó un hito muy importante para la fabricación de las heladeras antiguas, utilizó éter en un ciclo de compresión de vapor. En otras aplicaciones, el médico estadounidense, John Gorrie, construyó un refrigerador basándose en el diseño Oliver Evans en el año 1844, con el objetivo de hacer hielo para poder enfriar el aire de las habitaciones donde yacían sus pacientes de fiebre amarilla.
La primera máquina moderna que usó el invento de Perkins lo hizo en el año 1850. Era un gran artefacto, con forma de armario de madera adentro del cual se introducían grandes bloques de hielo. Estas heladeras antiguas se aislaban con piedras aplanadas y los comestibles se ponían en casillas pequeñas, porque el hielo y el material aislante ocupaban la mayor parte del espacio que se podía utilizar.
Estas heladeras antiguas simplemente eran más bien neveras que poco se diferenciaban de los armarios de nieve del siglo XVI, por el año 1879 se comenzaron a vender los primeros frigoríficos de uso doméstico de origen mecánico. Esto fue invención y fabricación por parte del empresario e inventor alemán Carl von Linde, quien utilizó un circuito de amoníaco y a través de una bomba de vapor activaba el mecanismo.
En el año 1891 se llegaron a vender más de doce mil heladeras antiguas que ya poseían la apariencia externa de frigorífico, que fue diseñada por el ingeniero Seeger y que fue su aspecto definitivo.
Las heladeras antiguas desde finales de 1800 hasta el año 1929 utilizaba gases tóxicos como refrigerantes, tales como cloruro de metilo y dióxido de azufre, en la década de 1929 se produjeron varios accidentes mortales, convirtiéndose en uno de los electrodomésticos más peligrosos. Fue entonces que tres empresas estadounidenses se lanzaron a la investigación colaborando entre ellas para desarrollar un método menos peligroso de la refrigeración, todos esos esfuerzos condujeron a que en el año 1931 Thomas Midgley descubriera el freón.
El freón fue el nombre comercial que se le dio al clorofluorocarbono y que fue utilizado como refrigerante desde ese momento hasta el año 1987. En pocos años, las heladeras antiguas se convirtieron en heladeras con compresores de freón que se transformaron en el electrodoméstico estándar de casi todas las cocinas de uso doméstico. Sólo décadas más tarde, la gente se dan cuenta de que estos clorofluorocarbonos en peligro la capa de ozono del planeta.
Historia
Historia de la heladera
La historia de las heladeras comienza con aquellas primitivas técnicas de conservación de los alimentos a partir del frío, basadas en bajar la temperatura de forma artificial mediante el hielo extraído de las altas cumbres, ríos o lagos helados. Este sistema permitía conservar los alimentos sin degradar sus cualidades, como ocurre en secado, ahumado o enlatado de carnes y pescados. Se tiene constancia de la existencia en China de un almacén de hielo en el siglo XI a.C.
Hasta el siglo XIX perduró este sistema de obtención del hielo que se transportaba desde el norte de Europa a los países meridionales; el hielo se resguardaba del calor en envases con recubrimiento de paja para mejorar el aislamiento.
Avanzado el siglo, se dan los primeros pasos en la fabricación artificial de hielo. En 1834, Jacob Perkins patentó la utilización del éter como fluido refrigerante, pero fue incapaz de perfeccionar la máquina de fabricar hielo. El proceso era tan costoso que era más económico transportar hielo de Noruega que fabricarlo artificialmente.
En 1844, John Gorrie construyó una máquina capaz de comprimir el aire que al expandirse enfriaba la superficie de contacto, quien pretendía mejorar las condiciones de vida de los enfermos de malaria en el hospital de Florida donde trabajaba suministrando aire refrigerado a las habitaciones de los enfermos.

A partir de 1871, Karl von Linde utiliza éter metílico y amoniaco como refrigerantes para congeladores de uso doméstico y que se vendían conjuntamente en Estados Unidos y Alemania hasta 1892.
El primer refrigerador eléctrico fue puesto a la venta en 1913 en Chicago por “Domestic Electric Refrigerator”, pero el realmente popular fue el Kelvinator de 1918. En Europa, el primer congelador lo comercializó Electrolux, que empezó con la fabricación en serie a partir de 1931.
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